De vuelta a los 32 Bits

Desde hace ya casi un año vengo usando Linux con arquitectura de 64 Bits, siempre aguantándome los pequeños inconvenientes que esto puede causar, incluso los malos rendimientos de algunas herramientas “indispensables” para una adecuada experiencia Web como lo es Flash ;-) o incluso Java el cual mejoro mucho el rendimiento de su JDK para 64 Bits en los últimos tiempos.

Como les iba diciendo, todos estos problemas los ignore exitosamente durante casi un año, pero después de la salida de Ubuntu 10.04 Lucid Lynx ya no me fue posible seguir haciéndome el de la vista gorda.
No se si lo que me hizo cambiar de idea fue el hecho de que Evince no funcionara obligándome a instalar el Adobe Reader (algo que honestamente me hizo sentir mal), o que Pino se colgara continuamente, o incluso que Plymouth se viera horrible y a duras penas funcionara (cosa que no tiene nada que ver con que sea de 64 Bits).
El caso es que todos estos problemas me llenaron el vaso y decidí cambiarme a Ubuntu 10.04 de 32 Bits, un cambio que hasta el momento considero la mejor decisión que pude haber tomado, ya que todos estos problemas se solucionaron y el laptop funciona mejor que nunca.
El vídeo corre fenomenal, flash funciona impecablemente (algo que no conocía desde hace mucho), todas las aplicaciones corren sin problema alguno, el consumo de memoria bajo drásticamente y lo único que podría rescatar en este momento de los 64 Bits, es que las aplicación parecen iniciar un poco mas rápido.

No entiendo como es que a tantos años de tener procesadores que soportan 64 Bits en el mercado, y cuando prácticamente el 100% de los consumidores posee uno de estos, el software aun no logra acomodarse a esta tecnología, vemos y vemos avances en el hardware cada año, pero para nada nos sirve mientras el software siga siendo tan deficiente.