Fedora 13 y Yo, una historia de amor y odio

Soy usuario de Ubuntu desde hace mucho tiempo, y siempre he usado Gnome como mi escritorio predeterminado debido a su sencillez, estabilidad y bajo consumo de recursos. Pero como muchos usuarios de Gnome y Ubuntu, hace rato ya que no soporto la imagen tan cuadrada y poco atractiva de Gnome, empeorando todo al unirse con Ubuntu y sus desastrosos tonos marrones ahora reemplazados por los purpura aun mas feos y esos iconos naranja que no se a quien se le ocurrieron.
Me dirán que todo esto lo puedo cambiar, yo se que si, y de hecho lo hacia cada 2 o 3 días cuando mi paciencia llegaba a su limite, pero por mas colores o bordes de ventana que cambiara el cuadrado estilo de Gnome no se puede cambiar.

Como muchos usuarios de Gnome, secretamente deseaba una interface como la de KDE, esos colores brillantes y llamativos, el bonito look de Plasma con todos esos widgets que hacen ver a KDE como si fuera el sistema operativo mas avanzado sobre la tierra, ahondado por los espectaculares diseños de escritorio que casi diariamente se publican en Internet por orgullosos usuarios de KDE que con tiempo y dedicación logran apariencias que para un mortal con mal gusto como yo es imposible lograr.

Varias veces intente darle una oportunidad a Kubuntu, con la esperanza de que me rescatara de ese monótono mundo de Gnome y me diera un nuevo aire para continuar mi viaje por Linux, pero lastimosamente la cantidad de errores y aplicación mal diseñadas con las que cuenta o contaba Kubuntu, me obligaban a volver a Gnome en poco menos de una semana.
Realmente nunca me tome el trabajo de poner totalmente a punto mi version de Kubuntu, puesto que no soy uno de esos usuarios que disfruta destinar horas y horas para que la conexión a Internet funcione correctamente o para que Xorg me muestre correctamente algún efecto o prestación de KDE (por lo mismo no he podido con ArchLinux).

Con la esperanza de que todo esto cambiara y por fin me convirtiera en un feliz usuario de KDE, descargue la ultima versión de Fedora 13, la cual me permitía escoger a KDE como escritorio predeterminado en lugar de Gnome y comenzar mi vida en Linux de nuevo.

Todo comenzó muy bien el dia que instale Fedora 13, todo se veía genial y reluciente, KDE funciona perfectamente en Fedora 13, aunque algunos bugs del mismo KDE se presentan de tanto en tanto a lo largo del escritorio, cosas no muy graves, que se solucionan fácilmente con un cierre de sesión.
Comencé a seguir paso a paso las guías que encontré en Internet sobre como poner a punto mi flamante Fedora 13. Agregue los repositorios recomendados, actualice todos los paquetes, instale las aplicaciones necesarias para comenzar a trabajar y comenzó mi viaje por la configuración de Fedora.

Todo salio muy bien mientras tuve a la mano los manuales encontrados en Internet, pero cuando tuve que empezar a hacer las cosas por mi mismo, como instalar aplicaciones que uso regularmente, me encontré con que los repositorios de Fedora no son tan completos como los de Ubuntu, además de esto, YUM me dejo seriamente decepcionado al momento de instalar paquetes ya que este no se le acerca a APT en cuanto a la ayuda que le presta al usuario.
Opte por buscar las aplicaciones en el administrador de paquetes de Fedora, pero fue peor que utilizar YUM ya que este administrador no te permite hacer un filtro por categoría solo por palabra, y si no conoces el nombre exacto del paquete olvidate que nunca lo vas a encontrar.
Ahora solo me quedaba o buscar manuales que me indicaran como instalar las aplicaciones que buscaba, lo cual no es tan sencillo como en Ubuntu, ya que Ubuntu cuenta con una comunidad mucho mas grande que la de Fedora. En caso de que no encontrara el manual siempre estaba la opción de dirigirme a la pagina oficial de la aplicación y descargar el archivo .rpm correspondiente para instalar la aplicación, esto si debo reconocerlo, Fedora le lleva años luz a Ubuntu en cuanto a la disponibilidad de paquetes .rpm para la gran mayoría de las aplicaciones.
Pero el problema con los paquetes .rpm es que si no están firmados, Fedora no te los deja instalar con el administrador de paquetes, debes iniciar una sesión como root sean en KDE o en la Terminal para especificarle a Fedora que ignorara el hecho de que el paquete no estuviera firmado y procediera con la instalación.

Aunque no son cosas que puedan considerarse muy importantes, para un usuario como yo que no le gusta gastar mucho tiempo configurando su sistema, es fundamental la facilidad que provee Ubuntu para ayudarme a tener mi sistema a punto y comenzar a trabajar tan pronto sea posible.

Fedora en términos generales es una gran distribución, para el usuario medio de Linux puede ser una buena opción para entretenerse trabajando un rato en ella organizando todo como le gusta, que sin duda es posible y una vez el sistema este completamente configurado funciona a las mil maravillas, incluso KDE funciona prácticamente sin problemas, algo que no puedo decir de ninguna otra distribución que he probado hasta el momento.

Por el momento sigo considerando que la distribución que mejor hace uso de KDE es Pardus, hasta el día de hoy es la única distribución que además de su facilidad, muestra una estabilidad pasmosa con KDE y un diseño único muy llamativo.
En cuanto a mi, vuelvo a Ubuntu con el predecible y aburrido Gnome, pero que estoy seguro jamas me decepcionara ni me dejara tirado.